Cada año, a mediados del mes de febrero, la casacada Horsetail Fall del Parque Nacional de Yosemite adquiere un color anaranjado y se conoce como la cascada de fuego o «Firefall».
Es una casada que a lo largo del año pasada bastante desapercibida, pero en esta época del año ha ganado gran popularidad debido a este cambio de color. A mediados de febrero es cuando más se nota gracias al cielo despejado y el volumen de agua de la nieve que se empieza a derretir.
Auqnue este año la página oficial del parque ha avisado a que debido a las escasas lluvias que se han dado últimamente, es posible que este año el color anaranjado no se aprecie tan bien. De hecho, el lunes pasado apenas caía agua desde la cascada.
Aun así, las autoridades han restringido el tráfico en la carretera Northside Drive, entre Yosemite Valley Lodge y Capitan Crossover, desde el 12 de febrero hasta el 26 de febrero de 2018. Solamente podrán acceder y aparcar aquellos vehículos que dispongan de un permiso especial. Y sólo se han concedido 250 permisos. Aquellos que lo deseen pueden apuntarse a la lista de espera ya que es posible que se concedan 50 permisos más.
Los visitantes que desean ver el fenómeno de la «Cascada de Fuego» y no hayan conseguido el permiso, podrán hacerlo a pie desde alguno de los miradores desde los cuales se ve Horsetail Fall. La recomendación en la página oficial es hacerlo con Yosemite Hospitality, quien organizará tours para ver la casada todos los días que dure el fenómeno.
Aquellos que vayan por su cuenta, tienen que tener en cuenta que el fenómeno «Firefall» se da al atardecer y al volver será de noche, hará mucho frío y probablemente habrá hielo. hay que tomar precauciones e ir correctamente vestido.